Destacamos sus principios activos:
Aloe. Mantiene en equilibrio la humedad natural de la piel, dejándola fresca y jugosa. Favorece la regeneración celular.
Aceite de jojoba. Conocido en mundo de la cosmética como aceite, aunque en realidad se trata de una mezcla de esteres de cera líquidos con propiedades hidratantes que gracias a su excepcional composición rica en ceramidas, permite mejorar la flexibilidad de la piel y retrasar la pérdida de agua. Apto para todo tipo de pieles (incluida piles grasas), dejando una sensación aterciopelada sobre la piel.
Aceite de rosa mosqueta. Imprescindible en el cuidado de la piel, su composición rica en ácidos grasos poliinsaturados le confieren un alto poder reparador y regenerador.
Altea. Conocida también como Malvavisco. Su alto contenido en mucílagos (20-30%) permiten regular la hidratación natural de la piel, gracias a su capacidad para retener agua, mejorando notablemente el aspecto de la piel. Actúa como emoliente y suavizante.
Ácido hialurónico. Incrementa los niveles de hidratación de nuestra piel, aportando firmeza y elasticidad. El ácido hialurónico de bajo peso molecular, tiene mayor capacidad de penetración en la piel, lo que le permite actuar rellenando las arrugas desde el interior.